Derivados lácteos y productos de origen vegetal
Existe una confusión entre los consumidores a la hora de comprar derivados lácteos. Y esta confusión puede llevar a que se esté tomando algo que, en realidad, no es lo que creemos. Un buen ejemplo son los yogures. El término yogur está reservado exclusivamente para los productos que derivan de leche y la leche solo puede tener un origen animal. Por tanto, tendríamos yogures de leche de vaca, de leche de oveja o de leche de cabra. Pero no podemos comprar yogures de soja.
Estaríamos, en realidad, consumiendo postres de soja. Pero en ningún caso se le podría denominar yogur. Lo que pasa es que es alto que tantas personas tenemos en el subconsciente, su presentación es tan similar a la de los yogures tradicionales e incluso se venden en los mismos lineales lo que hace que ni siquiera nos hayamos percatado de que ese nombre no figura en la etiqueta.
Lo mismo sucede con los postres a base de bebida de avena. Dado que la avena también es un vegetal, tampoco podríamos hablar de yogur de avena, sino de postre de avena o cualquier otro nombre comercial que se haya decidido dar al producto.
Del mismo modo, tampoco podemos hablar, a nivel comercial, de leche de soja o de avena. La leche también es exclusivamente de origen animal, como también sucede con la mantequilla. Y no se trata de si un producto es más sano que el otro, sino de que podríamos estar atribuyendo a un producto unos valores que realmente no tienen.
Por ejemplo, los postres de soja suelen presentarse como muy saludables y aptos para dieta, pero si se miran sus valores nutritivos nos encontramos con que en la mayoría de los casos tienen una gran cantidad de azúcar, la cual es necesaria para darle al postre su sabor y su textura. Estaríamos, por tanto, ante un postre rico, con fruta y con proteínas vegetales, pero demasiado rico en azúcares para considerarse digno de ser llamado dietético.
Las bebidas vegetales sí se encuentran fácilmente sin azúcar y bajas en calorías. Pero, aunque puedan ser muy sanas y recomendadas incluso para personas con intolerancia o alergia a la leche, sus valores siempre van a ser diferentes. Un yogur natural sin azúcar añadido tiene unos valores muy recomendables en una dieta, sobre todo si es desnatado y, además, es mucho más saciante que los postres vegetales.