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Publicado por paco el

Huevas de merluza: el sabor más allá del caviar

Las huevas de esturión están consideradas como una de las delicias gourmet más valoradas. Pero no son las únicas huevas que se utilizan en la cocina. Otros pescados tienen también huevas muy sabrosas destacando entre todas ellas las de la merluza.

Las huevas de merluza pueden disfrutarse frescas. En este caso, sus preparaciones son múltiples, pero las más frecuentes son a la plancha rebozadas. Todo el saco de huevas se reboza y se pasa por la sartén para disfrutar del intenso sabor de estas. También se pueden hacer cocidas o al vapor.

Las huevas frescas se utilizan también para añadir a sopas y otros platos e intensificar su sabor. Pero para esto puede usarse también una Conserva gourmet de huevas de merluza, con la ventaja de que siempre se tienen a mano y están dispuestas para su uso. Gracias a estas conservas no tendrás que depender de si hay o no este producto fresco en la pescadería ni tendrás que madrugar para no quedarte sin ellas.

Además de su gran sabor y la variedad de platos de los que pueden formar parte, las huevas de merluza tienen unos estupendos valores nutricionales. Son un alimento muy rico en fósforo, que está considerado por algunos como el alimento del cerebro. También tiene una alta cantidad de vitamina B12, B1 y B2 y de vitamina E. Esto hace que sea un producto ideal para las personas con depresión, agotamiento o para las madres gestantes o que están dando el pecho. También son ideales para quienes tienen problemas de estómago.

Dado que es un alimento muy fácil de comer y que no necesita de mucha masticación es perfecto para las personas mayores que tienen dificultades para comer, aportándoles muchas proteínas además de todas las vitaminas ya mencionadas. También son perfectas para los niños, sobre todo porque al ser blandas y no tener espina, se convierten en una gran manera de comer productos de mar.

Una manera muy sencilla de preparar estas huevas es aliñando las con algas en polvo y dejando que maceren para que cojan el sabor. A continuación, se pone un poco de aceite de girasol en una sartén y se fríen las huevas. Se sirven con patata cocida y se puede añadir un poco de alioli casero para darles un sabor más intenso. En el caso de niños, vale con mahonesa suave.