Pérgolas y sombrillas: así benefician al sector de la restauración
Restaurantes, bares y cafeterías reconocen en España un destino privilegiado para desarrollar su actividad, no sólo por el culto a la gastronomía de su población, sino también por una climatología favorable con trescientos días de sol al año.
La pérgola y el parasol sombrilla son una inversión obligada en el sector español de la restauración. A los comensales de países mediterráneos les gusta consumir al aire libre, preferentemente en la terraza, y estos accesorios garantizan una óptima protección solar, ayudando a bloquear hasta el 90% de la radiación solar más dañina.
Esta protección es extensible a ciertos fenómenos meteorológicos (bochornos, tormentas, etcétera) que pueden presentarse incluso en verano. Tanto la pérgola como la sombrilla, así como los toldos y otros productos de similares características, actúan como un escudo eficaz contra las inclemencias del tiempo.
La instalación de estos accesorios no beneficia únicamente a los clientes de establecimientos públicos, sino también a los establecimientos en sí. Los materiales de sillas, mesas, tumbonas y otros muebles son vulnerables a la acción de la radiación solar. Las colisiones derivadas de la acción del viento también perjudican su integridad. El uso de sombrillas y pérgolas les ofrece una cobertura segura en situaciones adversas.
Como el resto del mobiliario, las sombrillas se comercializan con diseños e imprimaciones adaptadas al branding de cada negocio. Personalizarlas supone un aumento inmediato de la profesionalidad del establecimiento hostelero, así como su diferenciación del resto de competidores (el nuestro es el país con mayor número de bares por persona, de manera que la competencia es feroz dentro del sector).
De alguna forma, las sombrillas y parasoles customizados con el logotipo y colores de la marca actúa como un anuncio publicitario, gracias al cual los clientes podrán avistarlo desde lejos. Habida cuenta de la importancia del marketing en la hostelería, este beneficio no debería subestimarse.