Manchas del sol en el rostro
No se cansan de advertirnos de los peligros del sol para la piel. Pero con todas y con esas son muchas las personas que no se protegen. Tal vez, cada vez son menos los que no lo hacen en la playa, donde lo habitual es el uso de cremas protectoras aunque no siempre se usen correctamente. Pero, ¿y el día a día?
Cuando vamos de compras, cuando tomamos algo en una terraza, cuando caminamos de vuelta del trabajo… todo ese tiempo el sol nos está dando en el rostro y en el resto de la piel expuesta y, si no está protegida, nos encontraremos con problemas. Y no solo en verano, en invierno el sol también nos da en la cara, que soporta los rayos del astro rey durante todo el año.
Los efectos del sol sobre la piel son acumulativos y con el paso de los años podrían aparecer problemas graves, como los cánceres de piel. Pero sin llegar a tanto, es muy habitual que cuando se llega a cierta edad, las manchas sean algo común en la piel de la cara. Y en algunos casos, pueden ser muy marcadas y convertirse en un problema estético.
Esto puede ser especialmente problemático cuando la persona tiene un problema hormonal que potencia la aparición de estas manchas por el sol en áreas concretas, como el labio superior o la frente. O cuando se utilizan cosméticos con alcohol que hacen que se produzcan quemaduras que todavía potencian más los efectos negativos del sol.
Un experto en dermatologia medica quirurgica en Vigo es el profesional adecuado para examinar estas manchas y decidir qué tratamiento es mejor seguir para mitigarlas o hacerlas desaparecer, así como para recomendar los pasos a seguir para que no salgan más ni se intensifiquen.
En algunos casos, cuando las manchas son muy débiles, puede ser suficiente con un tratamiento cosmético que ayude a que el color de la piel se iguale. Pero en los casos en los que las manchas están muy marcadas, ya sea oscuras o menos pigmentadas que otras zonas, pueden ser necesarios tratamientos más sofisticados que ayuden a borrarlas en lo posible, de modo que no sean visibles prácticamente y no tengan ese peso estético.
Evidentemente, lo mejor es evitar su aparición por lo que hay que acostumbrar a los niños a protegerse del sol desde la infancia, tanto en casa como en el colegio.