¿Qué beneficios aporta la Denominación de Origen del vino?
Con la creación del Instituto Nacional de Denominaciones de Origen en los años setenta, España delimitó las zonas y orígenes de su producción vinícola, al igual que la vecina Francia con su Appellation Contrôlée. Este sello, abreviado como D.O., presenta una serie de beneficios para los productores y los consumidores. Comprar albariño denominación de origen rias baixas proporciona, en primer lugar, un plus de confianza al cliente final, que tiene la seguridad de adquirir vinos de calidad.
Para los productores, incorporar una etiqueta de D.O. a sus botellas mejora el rendimiento comercial de las mismas, al otorgarles un reconocimiento que trasciende las fronteras nacionales. Así, consumidores de Japón, Australia y Estados Unidos, por ejemplo, han demostrado su interés en la D.O. Rías Baixas, por las garantías que este sello les ofrece.
Las falsificaciones son una amenaza omnipresente en el sector vinícola. Las denominaciones de origen ayudan a proteger la marca y sus productos frente a la competencia desleal. También aporta una cierta diferenciación, valiosa en un mercado tan competitivo.
Además de evitar que el consumidor reciba «gato por liebre», las DD.OO. dan garantías en cuanto a la trazabilidad, salubridad y excelencia del vino, desde la recolección de la materia prima hasta el envasado.
A escala local, las DD.OO. preservan el patrimonio, cultura y economía de comunidades rurales, evitando la deslocalización de la producción y otros males que comprometen a los productores de origen. Con ello, consiguen dos objetivos básicos: mantener intacta la identidad vitivinícola de regiones históricas como La Rioja, Jerez, Utiel-Requena o Ribeira Sacra y generar ingresos y empleos en las poblaciones autóctonas.
Las siglas D.O. no deben confundirse con las indicativas de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P), la Denominación de Origen Calificada (D.O.Ca) o la Indicación Geográfica Protegida (IGP), algunas de ellas establecidas por la Unión Europea.