El misterio de la caja fuerte
En mis primeras estancias en hoteles, siendo niño, me sorprendía por todo. Cualquier cosa me parecía un lujo y no acababa de entender muy bien por qué la gente no vivía siempre en hoteles: “te lo hacen todo, las camas son súper grandes y esos desayunos que puedes coger lo que quieras…”. Más adelante entendí que los hoteles hay que pagarlos… y que por eso mucha gente no vive en hoteles.
Otra de las cosas que me quedó grabada de algún hotel cuando era pequeño era el tema de la caja fuerte. Tampoco entendía qué hacía ese objeto ahí, pero a mí me servía para inventarme historias de todo tipo, estilo espías o James Bond en las que la caja fuerte participaba como objeto clave en la trama.
No sabía de niño que muchos años más tarde iba a vivir mi propia historia de cajas fuertes. Vivía de estudiante en un piso compartido con un par de amigos y un día uno de ellos vino muy excitado diciendo que tenía que contarnos algo. Había estado corriendo por el parque como todas las mañanas, pero esta vez había encontrado algo muy extraño. “Tenéis que venir a verlo ya”. Y como buenos estudiantes nos valía cualquier excusa para dejar de hacer nuestras obligaciones.
Cuando llegamos al parque, detrás de un arbusto, muy bien escondida, estaba una caja fuerte. No era demasiado grande pero tampoco pequeña. Y estaba cerrada… Alguien dijo: “vamos a llamar a Cerrajeros Pamplona baratos y que nos la abran”. “Y si tiene una bomba”, pensó otro. “Y si tiene un montón de pasta”, exclamo el tercero.
Todos hemos visto muchas películas de cajas fuertes y nuestra imaginación maquinaba todo tipo de historias. Lo primero que hicimos fue llevarla a casa. Pesaba mucho así que tuvimos que llevarla en coche, además que no queríamos que nos vieran por ahí caja fuerte en mano…
Intentamos abrirla pero fue imposible. Tenía una combinación y no iba a ser fácil. Así que al final nos decidimos por llamar a cerrajeros Pamplona baratos. No nos cobraron mucho y tampoco hicieron demasiadas preguntas. Pero cuando se abrió la caja… Pues sí, no había nada dentro. Pero ahora teníamos una caja fuerte para guardar los apuntes de clase…