Publicado por paco el

Dejando el coche en un parking low cost del aeropuerto de Santiago

Planificar un viaje siempre implica un montón de pequeñas decisiones, y cuando vuelo desde Santiago de Compostela-Rosalía de Castro (Lavacolla), una de las preguntas recurrentes es: ¿qué hago con el coche? Vivo a una distancia considerable, así que ir en mi propio vehículo es lo más cómodo, pero el coste del parking oficial del aeropuerto puede sumar un pico importante al presupuesto del viaje, especialmente si son varios días. Por eso, para mi última escapada, decidí probar por primera vez una de las opciones de parking low cost aeropuerto Santiago que han proliferado en los alrededores del aeropuerto.

Confieso que tenía mis dudas iniciales. ¿Sería seguro? ¿Estaría muy lejos? ¿Sería un lío el tema del traslado a la terminal? Pero la diferencia de precio era tentadora, así que me lancé. El proceso de reserva online fue sorprendentemente sencillo. Comparé un par de empresas, leí algunas reseñas y elegí una que parecía tener buenas valoraciones y un precio muy competitivo. Recibí la confirmación por email con instrucciones claras y la dirección.

El día del vuelo, salí con algo más de margen de tiempo, por si acaso. Llegar al parking fue fácil siguiendo el GPS. Era una instalación cercana al aeropuerto, pero no pegada a él. Al llegar, el personal fue amable y eficiente. Comprobaron mi reserva, me indicaron dónde aparcar (en mi caso, era un parking descubierto, aunque algunos ofrecen plazas cubiertas) y me explicaron el proceso de recogida a la vuelta. Dejé el coche, cogí mi maleta y en menos de cinco minutos ya estaba subiendo a la furgoneta de cortesía que me llevaría a la terminal.

El trayecto en la furgoneta fue corto, apenas unos minutos, y me dejó cómodamente en la zona de Salidas. Fue incluso más rápido que caminar desde algunos de los aparcamientos oficiales más alejados. Durante el viaje, tuve la tranquilidad de saber que el coche estaba en un recinto vigilado y no tenía que preocuparme por él.

A la vuelta, nada más recoger mi equipaje, llamé al número que me habían facilitado. Me indicaron el punto de encuentro para la recogida (normalmente cerca de Llegadas) y, aunque tuve que esperar unos diez minutos porque la furgoneta estaba haciendo otro servicio, no fue excesivo. El conductor me reconoció enseguida, cargamos la maleta y volvimos al parking. Mi coche estaba tal y como lo había dejado. Realicé el pago final (ya había adelantado una parte online) y en pocos minutos estaba de camino a casa.

Mi experiencia fue muy positiva. El ahorro económico fue considerable, el servicio fue eficiente y amable, y la supuesta «incomodidad» del traslado fue mínima. Definitivamente, es una opción que volveré a utilizar en mis próximos viajes desde Santiago.