¿Cuáles son las cualidades que debe tener un buen especialista en cáncer?
“Con el cáncer no hay nada científicamente demostrado”, fue una frase que me impactó cuando la oí de un buen amigo estudiante de oncología. Hablé con él porque necesitaba información por un caso de cáncer de un familiar relativamente cercano y terminamos con esa frase que me dejó deprimido. Y es que existen enfermedades que, por desgracia, le llevan mucha ventaja a la ciencia. Es lo que hay, al menos de momento.
Mi familiar estaba buscando una buena clínica especializada en oncologia madrid para tratarse su problema. Es muy habitual que un enfermo de cáncer trate de encontrar “el mejor” especialista para su tipo de cáncer. ¿Pero cuáles son esas cualidades que diferencian a los mejores especialistas de los “normales”, por decirlo así?
Mi amigo sonrió cuando escuchó esta pregunta. Él trata de ser un buen oncólogo aunque todavía le quedan años para ejercer, pero por la experiencia de algunos de sus profesores me dice que una de las cualidades más importantes que debe tener un especialista de cáncer es la empatía, la capacidad para ponerse en lugar del enfermo.
Y aunque suene duro decirlo, el enfermo de cáncer actúa a veces como un niño, llevado por la pasión: por eso mi familiar busca desesperadamente la mejor clínica de oncologia madrid. Y es que si hay algo en común en todos los enfermos de cáncer es el deseo de vivir. Ese deseo que tenemos todos los seres humanos choca a veces, por desgracia, con la realidad. Entender que la muerte es parte natural del ciclo vital es muy difícil para una persona que se acaba de encontrar con la noticia de que tiene un cáncer de difícil tratamiento.
Por todo ello, el oncólogo no solo deber un buen profesional a nivel de conocimiento y de destrezas, sino que tiene que ser una persona con altas dosis de sensibilidad. Informar al enfermo de su situación, de su esperanza de vida y de su tratamiento es el momento clave: hay que ser sincero con el diagnóstico pero saber adaptar el mensaje al estado de ánimo del enfermo. Así actúa un buen oncólogo.